Los españoles somos dados a conferir la razón de los fenómenos sociales a una sola causa y en el acervo cultural español encontramos registrados presagios de acontecimientos, buenos o malos, atribuidos a hechos simples y fortuitos: “Se derramó sal en la mesa y entró la ruina en la casa; pasó por debajo de una escalera y al poco tiempo murió…” Pero la realidad se nos presenta, una y otra vez, justo al contrario: el origen de los fenómenos sociales y naturales es diverso y complicado
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