La comunicación para la Iglesia católica, es una misión. Las mujeres, como miembros de la Iglesia, tenemos el derecho y el deber de dar respuesta a esa llamada poniendo al servicio del anuncio de la Buena Noticia nuestra fe, nuestro testimonio, nuestra profesionalidad y, por qué no, nuestra particular forma de comunicar. En este artículo repasamos brevemente la trayectoria comunicativa de la Iglesia y la participación de las mujeres en esta tarea, reflexionando sobre algunos aspectos que puedan dar respuesta a los desafíos de la Iglesia en este ámbito.
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