Como lo fue históricamente para la caballería, el ataque es la forma más elevada del arte de combatir de las Panzerverband (formaciones acorazadas), donde la combinación de sorpresa y velocidad permite aprovechar mejor las fortalezas de estas unidades: la habilidad para desplazarse bajo fuego enemigo, la capacidad de realizar un fuego antiblindaje preciso, y la posibilidad de reaccionar con rapidez para cambiar la dirección de ataque y la orientación del Schwerpunkt (el punto de máximo esfuerzo). Además, gracias a su movilidad y protección, las formaciones acorazadas pueden evitar permanecer demasiado tiempo en una zona determinada, por lo que reducen las posibilidades de reacción del enemigo. La doctrina de mando operacional alemán, especialmente en los escalones inferiores, que consistía en la mera comunicación del Auftrag (“misión”) y las intenciones del jefe, y dejaba un amplio margen a su ejecución, favorecía especialmente la acción ofensiva de los Panzer.
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