Aunque los restos de plumas que se conservan son muy escasos, sabemos que fueron un recurso clave para los antiguos mayas. Las plumas largas e iridiscentes de la cola de quetzal eran muy preciadas y prestigiosas; se usaron como objetos para comerciar, adornar tocados, atuendos o instrumentos musicales y fueron ofrecidas como tributo real. He aquí cómo se adquirían, mostraban y valoraban estos efímeros símbolos de riqueza.
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