Rusia está tomando posiciones ante el impacto geopolítico del deshielo del Ártico. En parte, para defender su frontera norte, cada vez más permeable. En parte, también, para sostener sus reivindicaciones de zonas en disputa. Este análisis afronta, en particular, el despliegue de fuerzas terrestres rusas en tan inhóspito escenario.
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