En un país marcado por las obligaciones sociales y religiosas, así como por una rígida visión de la virilidad, la homosexualidad masculina sigue siendo clandestina y, en teoría, sigue estando reprimida por la ley. Con todo, la apertura al mundo, sobre todo gracias a Internet y a las redes sociales, permite que los hombres concernidos superen el obstáculo del rechazo a sí mismos.
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