Esconden un sabroso tesoro blindado y se distinguen de sus primos, los gasterópodos y los cefalópodos, por el par de conchas que cubren su cuerpo. Hablamos de los bivalvos, esos moluscos con nombre de cuarteto rumbero entre los que se cuentan las navajas, las ostras o las vieiras. Son fuente de proteínas, vitaminas y minerales, pero también muy sensibles a malas manipulaciones. Para sacarles el máximo partido en la cocina o saber si están frescos, hay que conocer la combinación de su caja fuerte.
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