Tras su victoria en la guerra civil, Octaviano (Augusto) intentó solucionar los problemas que Roma venía arrastrando desde el siglo II A:C. Gracias al apoyo incondicional del ejército consiguió, especialmente a partir del 27 A.C., acaparar todos los poderes en su persona y crear un nuevo modelo de estado que logró mantenerse durante los siguientes siglos, en los que destacaron algunas dinastías de emperadores que gobernaron el que se ha considerado como el imperio más influyente de la Historia, entre ellas la de Julio César.
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