Madrid, España
Tras una semana de combates en el canal de la Mancha, el almirante Howard y sus subordinados no solo habían sido incapaces de frenar el avance de la Armada y de causarle daños importantes, sino que veían que la conexión de esta con el ejército de Farnesio era inminente. La flota inglesa había fondeado al oeste de Calais, a pocos kilómetros de la española. En la noche del 7 al 8 de agosto, Howard lanzó un ataque con brulotes contra el fondeadero hispano. Medina Sidonia hizo la señal convenida y toda la flota levó anclas o cortó los cables para zarpar rápidamente. Al alba del 8 de agosto, Howard dio la señal de ataque. La situación de la Gran Armada era crítica: atacada desde barlovento por una escuadra superior, con su formación disuelta y los buques empujados por el viento y la corriente contra los bajos de Flandes, evitar un completo desastre fue todo un logro de la pericia, valor y disciplina de los españoles, y también fruto de los errores tácticos de los ingleses.
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