Es una avezada montañera y caminante, que el año pasado hizo en los Andes el Camino del Inca, y que afirma que es más fácil encontrarla en el monte que en un bar tomando cañas. Cree que saber un poco de todo, ser "demasiado dispersa", como le decía un profesor en Arquitectura, le ha servido para ganar el concurso. El año que viene quiere ir a esquiar a las Montañas Rocosas: "Esperemos a que el amigo Montoro coja su parte, a ver cuánto queda", dice
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