Erika Lindig Cisneros, Armando Villegas
En este artículo se analiza el vocabulario que, desde el discurso de las políticas públicas, piensa la vulnerabilidad de ciertos sectores de la población como una condición natural de individuos o grupos, y que produce lo que meramente pretende describir. Dicho vocabulario, que opone la vulnerabilidad a la violencia, es heredero de la tradición filosófica y política de Occidente. Algunos de los momentos en dicha tradición han contribuido a la construcción de estas figuras de la vulnerabilidad que es necesario someter a un examen crítico, para dar lugar a la visibilización de las prácticas que vulneran los cuerpos y contribuyen a sancionar el daño al que son sometidos.
Se defiende además la posibilidad política de resistencia a la vulnerabilización.
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