R. Juan Salvador Mendoza, Camila Rodríguez Barbosa
Los ecosistemas alto-andinos no son el lugar ideal para organismos de sangre fría o ectotermos, es decir, animales que dependen del medio para regular su temperatura corporal. En estos hábitats, la temperatura diaria experimenta grandes fluctuaciones, y durante la noche puede alcanzar mínimos extremos. En la alta montaña colombiana, por encima de los 3.200 m. s. n. m., se encuentra el ecosistema de páramo, un hábitat característico por sus emblemáticos frailejones que se extienden entre turberas y cerros y bajan hasta los bosques altoandinos y humedales que incluso, alguna vez, dominaron la sabana de Bogotá.
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