Daniel Martínez Laguna, Alberto Soria Castro, Cristina Carbonell Abella, Pilar Orozco López, Pilar Estrada Laza, Xavier Nogués Solán, Adolfo Díez Pérez, Daniel Prieto Alhambra
Objetivos La historia clínica informatizada utiliza una lista de códigos diagnósticos pre-especificados para identiticar fracturas, pero estos códigos no permiten distinguir entre fracturas traumáticas y fracturas por fragilidad. Se reporta la proporción de fracturas por fragilidad identificadas en una muestra aleatorizada de fracturas codificadas en SIDIAP.
Métodos Estudio observacional retrospectivo realizado en 6 centros de atención primaria que contribuyen a la base de datos SIDIAP (www.sidiap.org). Se seleccionaron pacientes ≥ 50 años con cualquier fractura registrada en 2012 (mediante códigos CIE-10) que permanecieran vivos en el reclutamiento y excluyendo aquellos con fractura previa, contacto imposible o aquellos con demencia o trastorno mental severo. Se recogió información sobre tipo de fractura (traumática o fragilidad), localización y características descriptivas de los pacientes.
Resultados Un total de 491/616 (79,7%) de los pacientes con fractura en 2012 fueron contactados y 331 (349 fracturas) fueron incluidos. Las fracturas más comunes fueron antebrazo (82), costillas (38) y húmero (32); 225/349 (64,5%) fueron fracturas por fragilidad, con mayor proporción para las localizaciones típicas de la osteoporosis: fémur (91,7%), columna vertebral (87,7%) y fracturas principales (80,5%). La proporción fue mayor en mujeres, edad avanzada y pacientes con diagnóstico previo de osteoporosis.
Conclusiones Más de 4 de cada 5 fracturas principales registradas en SIDIAP son por fragilidad, con una mayor proporción para fémur (92%) y columna verterbal (88%), y menor proporción para otras localizaciones no típicas. Nuestros datos apoyan la validación de SIDIAP para el estudio epidemiológico de las fracturas osteoporóticas.
Purpose Electronic medical records databases use pre-specified lists of diagnostic codes to identify fractures. These codes, however, are not specific enough to disentangle traumatic from fragility-related fractures. We report on the proportion of fragility fractures identified in a random sample of coded fractures in SIDIAP.
Methods Patients ≥ 50 years old with any fracture recorded in 2012 (as per pre-specified ICD-10 codes) and alive at the time of recruitment were eligible for this retrospective observational study in 6 primary care centres contributing to the SIDIAP database (www.sidiap.org). Those with previous fracture/s, non-responders, and those with dementia or a serious psychiatric disease were excluded. Data on fracture type (traumatic vs fragility), skeletal site, and basic patient characteristics were collected.
Results Of 491/616 (79.7%) patients with a registered fracture in 2012 who were contacted, 331 (349 fractures) were included. The most common fractures were forearm (82), ribs (38), and humerus (32), and 225/349 (64.5%) were fragility fractures, with higher proportions for classic osteoporotic sites: hip, 91.7%; spine, 87.7%; and major fractures, 80.5%. This proportion was higher in women, the elderly, and patients with a previously coded diagnosis of osteoporosis.
Conclusions More than 4 in 5 major fractures recorded in SIDIAP are due to fragility (non-traumatic), with higher proportions for hip (92%) and vertebral (88%) fracture, and a lower proportion for fractures other than major ones. Our data support the validity of SIDIAP for the study of the epidemiology of osteoporotic fractures.
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