A partir de la publicación, en 1771, de El año 2440. Un sueño como no ha habido otro, de Louis-Sébastien Mercier, el género utópico atravesaría cambios profundos. Por tratarse del primer relato utópico en ubicar su sociedad ideal en un tiempo futuro y no en un «lugar-otro», la obra constituye un punto de inflexión en el desarrollo del modelo inaugurado por Tomás Moro en 1516. La primacía de la variable temporal por sobre la espacial se explica a partir de dos procesos: la clausura del proceso europeo de expansión ultramarina y el advenimiento de una nueva forma de comprender la Historia.
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