En los años dorados del Hollywood clásico, una actriz de origen austriaco brilló con luz propia. Pero Hedy Lamarr no solo enamoró al público con su belleza. Con un espíritu creativo y una mente brillante, cuando no estaba en los estudios de grabación, pintaba cuadros o inventaba artilugios. Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, su odio a los nazis la llevó a idear un sistema de telecomunicaciones que terminaría convirtiéndose en la base de todos los sistemas de comunicación inalámbrica modernos. No en vano se la conoce como la inventora del Wi-Fi.
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