Víctor Manuel Alonso Mendoza, Beatriz Alvarado Robles, Josefa Imelda Ramos Guevara, Cecilia Figueroa Valenzuela, Veronica Trillo Morales
El ancylostoma es más frecuente en perros que en gatos pudiendo contagiarse mediante la ingestión de huevos o a través del calostro. Las larvas recién eclosionadas pueden penetrar la piel. Los adultos viven en la luz del intestino delgado en donde se enganchan a la mucosa y según sea la especie, se alimentan de trozos de mucosa intestinal o de sangre (Nelson y Couto, 2010). Las larvas también pueden penetrar en los vasos sanguíneos y migrar hacia pulmones. Las larvas pueden viajar a diferentes órganos, donde pueden persistir en un estado hipobióticas. Estas etapas latentes pueden reactivarse durante la gestación y luego puede ser secretada hacia la leche (Steiner, 2008). Se asocia a enteritis hemorrágica, siendo el Ancylostoma tubeforme el más habitual en gatos y el Ancylostma brasiliense en perros en el sur de Estados Unidos. Uncinaria stenocephala es el anquilostoma de perros en Europa occidental pero surge en el norte de Estados Unidos y Canada (Ettinger y Feldman, 2007).
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