"Beatus ille qui procul", "Dichoso aquel que alejado". Así comienza el poema de Horado y así va desgranando su traducción en el texto Fray Luis de León. Y una tras otra las palabras latinas se visten con el ropaje que les da el poeta castellano. Y en el conjunto tantos versos cuenta la traducción como versos tiene el traducido. El léxico latino alimenta el otro léxico, y juega con las palabras el frater hispano como lo hace su modelo el poeta venusino; pero lejos de dejar calcado el poema "Beatus" en su "Dichoso", lo recrea y plasma, y en su tejido deja una versión y un diseño del mundo que no conocía Horado. Lo sigue, sí, y con fidelidad Fray Luis, pero en sus líneas y, sobre todo, en sus palabras y en sus frases trasluce un brillo distinto como diferente, aunque igual, es latín y castellano.
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