Gemma Cardo Vila, Marta López Rodrigo, Teresa Vives i Abril, Antonio R. Moreno Poyato
Una de las finalidades de la formación práctica de los estudiantes de enfermería en salud mental es que, una vez egresados, sean capaces de transferir las competencias adquiridas a situaciones de cuidados en cualquier ámbito clínico, desarrollando la capacidad para reconocer sus actitudes estigmatizadoras y manejarlas. Actitudes estigmatizadoras que son fruto de su aprendizaje informal y de su biografía, que se empiezan a desvelar cuando entran en contacto con el usuario afecto de enfermedad mental. Los docentes creamos espacios pedagógicos en los que los estudiantes, mediante estrategias guiadas por la práctica reflexiva, pueden reconocer, expresar y modificar sus dificultades para proporcionar cuidados de calidad. El grupo de investigación “Práctica Reflexiva en Enfermería de Salud Mental” (PRISMe) ha iniciado una línea de investigación para conocer el impacto de las metodologías reflexivas en cuanto a su efectividad en la desestigmatización del enfermo mental. Hemos diseñado un estudio cualitativo de tipo fenomenológico estructurado en tres fases siguiendo el modelo de “Evaluación de acciones formativas” de Kirkpatrick (1975). La finalidad de la comunicación es mostrar el diálogo mantenido entre el modelo de Kirkpatrick y nuestra investigación.
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