Los restos del buque granelero Castillo de Salas, hundido hace más de 17 años frente a la costa de Gijón, están ya en tierra y no volverán a soltar fuel, como ocurría hasta el año 2001. El plan, impulsado por el Ministerio de Fomento para conseguir una solución definitiva al problema de contaminación de la playa y las costas de Gijón, se ha completado con éxito en julio pasado. El operativo ha consistido en la limpieza de los tanques, su fragmentación en diez trozos y su posterior izado y traslado a tierra.
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