En este estudio se realiza un análisis de las influencias tácitas o informales que los profesores ejercen sobre los alumnos a través de su forma de ser y de actuar en la dinámica cotidiana propia de la enseñanza ordinaria. Se pone de manifiesto que, de un modo oculto, latente y subliminal, el profesor contribuye poderosamente al desarrollo de la personalidad moral básica de sus alumnos en las mil interacciones diarias que mantiene con ellos a través de su actividad docente. Se ejemplifica dicha educación moral informal con un caso práctico extraído de la observación de una profesora de matemáticas durante una serie de sesiones de clase. Finalmente, se sugiere cómo los datos analizados deben contribuir a despertar la conciencia profesional de los profesores a fin de formar en ellos una responsabilidad moral que los capacite para ser reflexivos y expertos morales respecto a su tarea docente y educadora.
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