Resumen de Una mirada desde la orientación educativa en el contexto escolar a los conflictos escolares
Cada modelo pedagógico se ha construido su propio concepto de fracaso y de éxito escolar. Una primera definición bastante común del alumno fracasado se refiere a la no adquisición de los conocimientos y habilidades mínimos exigidos por el currículo y el modelo del profesional. El éxito y el fracaso del alumno, en este caso, están estrechamente asociados a su rendimiento académico. Pero no existe un solo fracaso escolar, sino, múltiples. Se presenta un amplio abanico de situaciones que dan lugar a determinados conflictos: los que repiten un año escolar, los que se aburren en la escuela, los que la rechazan, los que abandonan el sistema educativo, los que se ven obligados a seguir una carrera universitaria que no es su preferida, los que ven la escuela como un cuerpo extraño y alejado de su realidad cotidiana. Se pudiera hacer una lista infinita de estas situaciones escolares. Ante estas situaciones conflictivas que tienen lugar en el contexto escolar cabe preguntarse: ¿Quién fracasa, el alumno, la escuela, la familia o la sociedad? ¿Quién no se adapta a quién? ¿Qué cuota de responsabilidad tiene el maestro y cuál el alumno? Muchas opiniones y críticas sitúan el fracaso de la escuela en el epicentro del fracaso de los alumnos. Entonces, ¿cómo preparar desde los colectivos pedagógicos a los docentes para el manejo de los conflictos escolares que se ponen de manifiesto en los adolescentes y jóvenes que ingresan en las Universidades de Ciencias Pedagógicas, en el contexto de la labor educativa?
