Valencia, España
Los territorios que en el pasado formaron parte del Señorío de Molina de Aragón, en Guadalajara, acogen conjuntos patrimoniales de gran valor artístico e histórico (y en su momento también económico), que actualmente se encuentran en estado de semi-abandono debido a la falta de población en los municipios que apenas cuentan con unas decenas de habitantes. El problema de estos bienes culturales, eminentemente religiosos, no es solo su conservación material, que ya se está llevando a cabo mediante diferentes programas de recuperación, sino la pérdida de su significado por la falta de usuarios que hagan posible su valorización y les den el sentido espiritual con el que fueron concebidos. Las posibles soluciones que reduzcan su pérdida acelerada no pasan por provocar medidas para la repoblación o promover el turismo, pues los valores ideológicos que definen este tipo de patrimonio cultural, están desde hace ya un tiempo en un declive absoluto y prácticamente irrecuperable. El irremediable destino que permitirá apenas la conservación material de los bienes culturales muebles a los que nos referimos, sólo puede ser el traslado, la reubicación, y por tanto la descontextualización que provocará, sin duda, la importante pérdida de su significado original
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