En los últimos años se han multiplicado las voces que aseguran que la inmortalidad pronto será alcanzable por el ser humano. En unas décadas, aseguran, morir será opcional. Diversas tecnologías están siendo desarrolladas con este propósito: la criónica, la transferencia mental, la nanotecnología...¿cuánto hay de realidad en sus promesas y predicciones? Este artículo realiza una reflexión a través de tres preguntas sucesivas: ¿podemos? ¿debemos? ¿queremos? Así, se detiene en la posibilidad técnica de alcanzar la inmortalidad y realiza un breve apunte sobre sus implicaciones éticas y antropológicas.
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