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Resumen de La organización de la base de la Royal Navy en Gibraltar en el siglo XVIII.

Tito Benady

  • Este trabajo parte de la explicación de las razones que hicieron de la Marina Real Británica, la Royal Navy, la armada más poderosa del mundo en el siglo XVIII. La clave estaba en su disciplina y entrenamiento, ya que no en la calidad de sus embarcaciones, lo que llevó al almirante Nelson a escribir que los españoles “hacen barcos magníficos, pero no preparan a sus hombres”.

    El autor revisa el organigrama de funcionamiento de la Marina y lo comprueba en la base naval de Gibraltar, identificando lugares y personajes relacionados con este asunto a lo largo del siglo XVIII y hasta el comienzo de las guerras napoleónicas. Uno de los asuntos esenciales era el del aprovisionamiento de agua para la Armada, procedimiento que se recoge en el texto, así como diversos aspectos técnicos del arsenal del Peñón, del aprovisionamiento y de la reparación de embarcaciones.

    Asimismo refiere diferentes episodios de las confrontaciones entre España, Francia y Gran Bretaña por el dominio de los mares, siempre relacionadas con la base naval de Gibraltar.

    En el siglo XVIII la Marina Real Británica, la Royal Navy, era la armada más poderosa del mundo. Bajo el mando de ilustres almirantes como Anson, Hawke, Rodney, Howe, Jervis y Nelson, consiguió una serie de victorias, a veces con fuerzas inferiores en número, que le dieron a Gran Bretaña el dominio de los mares y así pudo extender su comercio mundial, adquirir colonias y obtener grandes riquezas. En las guerras contra Francia durante el curso del siglo para frenar la expansión del poder militar francés, se enfrentaba con una nación que tenía una población mucho más grande y muchos más recursos naturales; pero las riquezas adquiridas en su extenso comercio permitía a Gran Bretaña mantener su marina en pie de guerra todo el tiempo necesario y, además, subvencionar las fuerzas de sus aliados.

    La historia del siglo nos demuestra la preponderancia de la Royal Navy en la guerra marítima, pero, ¿a qué se debía ésta preponderancia? Las tripulaciones de sus navíos eran valientes, pero también lo eran los marinos españoles y franceses; incluso sus navíos no estaban tan bien construidos como los españoles y la ingeniería naval francesa también era superior. Cuando Nelson visitó Cádiz en 1793, quedó impresionado por la calidad de los navíos de guerra españoles. Entonces escribió a su mujer, el 23 de junio: “Tienen cuatro navíos de primera en servicio en Cádiz, y son excelentes, pero con tripulaciones pésimas. . . Los Dons hacen barcos magníficos, pero no preparan a sus hombres” 1 .

    Y aquí estaba la razón de la preponderancia británica en el mar.

    Mantener una escuadra en el mar era costoso, no solamente por el aprovisionamiento de las tripulaciones, sino también por los desgastes producidos con la permanencia continua en el mar, en todos los estados del tiempo, con los riesgos de avería y hasta de naufragio. Las marinas españolas y francesas generalmente adoptaban la alternativa más económica de salir solamente a la mar cuando era necesario. Por el contrario, la Royal Navy mantenía sus escuadras en alta mar durante meses y, a veces, los mismos navíos se quedaban en sus puestos incluso varios años. Especialmente después de que Anson, primer lord del Almirantazgo (First lord of the Admiralty), estableció el bloqueo sistemático de la costa francesa en 17572 . Esto no hubiera sido posible sin una organización de aprovisionamiento muy extensa que conformaba la institución industrial más compleja de su época.

    El tiempo que pasaban en alta mar permitía imponer disciplina y, generalmente, el uso de los cañones se practicaba dos veces por semana, de modo que, con el paso de muchas semanas, las tripulaciones estaban tan adiestradas en todo tipo de maniobra que podían subyugar a cualquier bajel enemigo con la perfección de su instrucción y la rapidez de su tiro.


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