La década de 1990 es el periodo en el que se intensifica y cobra atención un perfil de la presencia migratoria de nacionales de Centroamérica en México diferenciado de otros concurridos, histórica o coyunturalmente, desde la región. Aquel conformado por los flujos de población no documentada en tránsito, preponderantemente oriundos de Guatemala, El Salvador y Honduras, que han tenido como destino el propio país pero que en su mayoría se han dirigido hacia Estados Unidos. Tras casi tres décadas, e incentivados por la precarización socioeconómica y el incremento de la violencia social, dichos desplazamientos se han mantenido y han adquirido notoriedad y visibilidad en los últimos años.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados