Gerardo Meil Landwerlin, Jesús Rogero García, Pedro Romero Balsas, María Concepción Castrillo Bustamante
La brecha de género en el reparto del trabajo doméstico y de los cuidados es una de las dimensiones de la desigualdad de género que más lentamente está modificándose. Para acelerar su cambio se han ido introduciendo distintos mecanismos en las políticas de igualdad, entre los que han adquirido cada vez mayor relevancia el fomento de la utilización de los permisos parentales por parte de los hombres. Los objetivos que se persiguen son, por una parte, facilitar la socialización de los padres en el cuidado de los niños, incentivando la corresponsabilidad y, por otra parte, desfeminizar el uso de los permisos.
El presente trabajo tiene como objetivos fundamentar la pertinencia y eficacia de prolongar la duración del permiso de paternidad, contextualizar la emergencia del objetivo de igualar los permisos de maternidad y paternidad y analizar cómo se ha concretado en la legislación española.
La mayoría de estudios muestra que la utilización de permisos por parte de los hombres aumenta su participación en el cuidado de niños, tanto en el momento en que disfrutan del permiso, como con posterioridad. Si ello se traduce también en una mayor implicación en el trabajo doméstico está menos documentado. Un aspecto relevante en este sentido es, no obstante, la duración de los permisos, pues una mayor duración está asociada con una mayor implicación.
También es de gran relevancia el momento en que se usa el permiso, pues el efecto socializador en el cuidado es mucho mayor cuando los padres lo utilizan en solitario, cuando la madre se reincorpora al empleo. Esta mayor implicación en el cuidado de los niños también se traduce en un menor riesgo de ruptura de la pareja y, si ésta se produce, en un contacto más frecuente con los hijos no convivientes. Los estudios realizados, sin embargo, también evidencian que cuanto más largos son los permisos, mayor es el riesgo de sufrir discriminación en el empleo, tanto en el caso de las mujeres como de los hombres.
Para comprender cómo se ha implantado en la agenda de la política de igualdad de género la igualación y no transferibilidad de los permisos de maternidad y paternidad, es necesario considerar algunos cambios económicos y políticos producidos en el periodo 2007-2019. Estos cambios, en conjunción con la participación de movimientos sociales como actores clave, han configurado una estructura de oportunidades singular que ha permitido materializar dicho objetivo.
En el periodo 2007-2014, marcado por la crisis económica y los recortes en los gastos sociales, las políticas de conciliación de vida laboral y familiar pasaron a un segundo plano. La prevista ampliación de dos a cuatro semanas del permiso de paternidad creado en 2007 fue, en consecuencia, relegándose sistemáticamente, no llegándose a ampliar hasta 2017. En el ámbito de los movimientos sociales surgió la" Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción" (PIINA) que fue paulatinamente definiendo, justificando y colocando en la discusión política la idea de los permisos iguales e intransferibles de maternidad y paternidad. Sus objetivos se construyen en torno al hecho de que las mujeres son las principales cuidadoras de la familia, lo que implica una mayor carga total de trabajo y es uno de los elementos centrales que explican la discriminación de género en el mercado laboral. Esta situación afecta no solo a las mujeres que son madres, sino a todas ellas como colectivo, debido a la denominada “discriminación estadística”, es decir, a que se considera que las mujeres están menos disponibles para el empleo que los hombres, por el hecho de que asumen en mayor medida las responsabilidades de los cuidados. Los permisos iguales para ambos progenitores se entienden como un modo de eliminar esta discriminación estadística al extenderla también a los hombres, debilitando la división de roles masculinos y femeninos. Frente a estos postulados se ha constituido la plataforma PETRA (Plataforma de madres feministas por la ampliación de los permisos transferibles), formada por madres que reivindican la ampliación de los permisos transferibles para extender la protección de la maternidad y de la lactancia.
En la arena política, hasta la recuperación económica hacia 2014, las demandas de desarrollo de la política de conciliación de vida familiar y laboral queda relegada a un segundo plano, limitándose los partidos de izquierda a abogar por la ampliación del permiso de paternidad a cuatro semanas y el partido conservador (PP) a abogar por la libertad de elección de las familias. Los nuevos partidos políticos (Podemos, de izquierda, y Ciudadanos, de centro-derecha) que surgen de la crisis política que se fue gestando durante dicho periodo y que entra a competir en las elecciones de 2015 se hacen eco del objetivo de la igualación de los permisos de maternidad y paternidad, siendo Podemos el único partido que hace plenamente suyo los objetivos y el discurso de la PIINA. El partido de centro-derecha Ciudadanos, por su parte, proponía una ampliación de los permisos postparto hasta 26 semanas, de las que 8 fueran intransferibles para cada progenitor y 10 a repartir entre ambos. La fragmentación parlamentaria que se produce en las elecciones de 2015 y 2016 obliga al intento de formación de coaliciones, estando presente en todos los acuerdos de coalición la ampliación de una u otra forma del permiso de paternidad.
Es con la disolución del Parlamento para convocar nuevas elecciones en abril de 2019, cuando el gobierno del partido socialista aprueba el Real Decreto Ley 6/2019, de 1 de marzo, que materializa el tránsito en dos años hacia la igualación de ambos permisos. Las principales novedades introducidas por esta ley son: 1) el cambio de denominación de los permisos por el de “permiso por nacimiento, adopción, guarda con fines de adopción o acogimiento”, 2) la equiparación de la duración del permiso que se reconoce a ambos padres, 3) el aumento de la flexibilidad en el uso de los mismos (hasta un año), 4) la igualación de los requisitos de cotización para tener derecho a la prestación y 5) la extensión del permiso de lactancia hasta los doce meses (bajo determinados supuestos), así como la creación de una prestación sustitutoria que compense la correspondiente reducción del salario. Una de las limitaciones más significativas de la ley es que no establece como modelo socialmente deseable que los padres varones se queden solos al cuidado de sus hijos.
The gender gap in the share of domestic and care work represents one of the dimensions of gender inequality which is changing more slowly. In order to speed up its change, different mechanisms have been introduced in equality policies, among which, the promotion of paternity leaves by men has become increasingly important. The objectives that are pursued are, on the one hand, to facilitate the socialization of fathers in the care of children, encouraging co-responsibility and, on the other hand, to defeminize the use of parental leaves.
The objectives of the present paper are to support the relevance and effectiveness of prolonging the duration of the paternity leave, contextualize the emergence of the objective of equalizing maternity and paternity leaves and analyse how it has been specified in the Spanish legislation.
Most studies show that the use of leaves by men increases their participation in the care of children, both at the time they enjoy the leave, and subsequently.
There is not enough evidence about a greater involvement in domestic work, as a consequence of the previous statement. A relevant aspect in this regard, however, is the duration of leaves, since a longer duration is associated with greater involvement. The period in which leaves are enjoyed is also of great relevance, since the socializing effect on care is much greater when fathers use the leave alone, when mothers return to their jobs. This greater involvement in the care of children also means a lower risk of breakup of the marriage and, if this happens, it leads to a more frequent contact with non-cohabiting children.
The studies carried out, however, also show that the longer the leaves are, the greater the risk of discrimination at work, both for women and men.
So as to understand how the equalization and non-transferability of maternity and paternity leave have been implemented in the gender equality policy agenda, it is necessary to consider some economic and political changes produced in the 2007-2019 period. These changes, together with the participation of social movements as key actors, have shaped a unique opportunity structure that has allowed this objective to materialize.
In the 2007-2014 period, which was characterized by the economic crisis and cuts in social spending, work-life balance policies were pushed into the background. The planned extension of paternity leaves from two to four weeks created in 2007 was, therefore, systematically delayed until 2017. The “Platform for Equal and Non-transferable Leaves of Birth and Adoption” (PPiiNA) emerged in the field of social movements and it gradually defined, justified and created a political debate about the idea of equal and non-transferable maternity and paternity leaves. Its objectives are built around the fact that women are the main caretakers of the family, which implies a greater workload and it is one of the core elements that explain gender discrimination in the labour market.
This situation considers that it affects not only women who are mothers, but all of them as a group, due to the so-called “statistical discrimination”, that is to say, it is considered that women are less available for employment than men, by the fact that they mostly assume the responsibility for care. Equal leaves for both parents are understood as a way to eliminate this statistical discrimination by extending it to men as well and weakening the division of masculine and feminine roles. The PETRA Platform (Platform of Feminist Mothers for the Extension of Transferable Leaves) has been set up to face these postulates;
it is made up of mothers who demand the extension of transferable leaves to improve the protection of motherhood and breastfeeding. In the political arena, until the economic recovery towards 2014, the demands for the development of work-life balance polices are pushed into the background, with left-wing parties being in favour of the extension of paternity leave to four weeks and the conservative party (PP) to defend the freedom of choice of families. The new political parties (Podemos, left-wing, and Ciudadanos, centre-right) emerging from the political crisis which was brewing during that period and competing in the 2015 elections, have echoed the goal of equal maternity and paternity leaves, being Podemos the only party that fully supports the objectives and discourse of PPiiNA. The centre-right party Ciudadanos, meanwhile, proposed an extension of the postpartum maternity leave for up to 26 weeks, of which 8 were non-transferable for each parent and 10 to be shared between both of them. The parliamentary fragmentation that took place in the elections of 2015 and 2016 forced the attempt to form coalitions, being in all the coalition agreements the extension of one or another form of paternity leave.
It is with the dissolution of the Parliament to call new elections in April 2019, when the government of the socialist party approves Royal Decree Law 6/2019, of March 1, which materializes the transit in two years towards the equalization of both leaves. The latest innovations introduced by this law are: 1) the change of the name of the leaves for “leave for birth, adoption, custody for adoption or fostering purposes”, 2) the equalization of the duration of the leave for both parents, 3) increased flexibility to enjoy them (up to one year), 4) equalization of the contribution requirements to qualify for the benefit and 5) extension of the breastfeeding leave up to twelve months (under certain circumstances), as well as the creation of a substitute benefit that compensates the corresponding salary reduction. One of the most significant limitations of the law is that it does not establish that parents are left alone to care for their children as a socially desirable model.
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