Es posible un acercamiento a una obra narrativa mediante la observación de elementos aparentemente irregulares pero recurrentes que sin embargo generan cierto tipo de simetría, tales como la tipificación de personajes, la construcción de espacios y la repetición de acciones y temas. En una de las novelas fundacionales del movimiento literario mexicano del Crack-Las Remoras de Eloy Urroz-se presentan dimensiones fractales que proyectan patrones recurrentes que simultáneamente permiten que se desarrolle la acción a la vez que buscan integrar al lector como agente activo dentro de la narración a través de intervenciones metadialécticas que emulan las dinámicas de Don Quixote y el desarrollo complejo e intimista del estado psicológico y emocional de los personajes principales, como ocurre en Niebla de Unamuno (Sánchez Prado 81). Los diferentes segmentos diegéticos que se intercalan en la obra borran la línea entre realidad y ficción para crear un juego de espejos. En Las Remoras las articulaciones del espacio y la narrativa se fragmentan y se reflejan a distintas escalas, siempre mostrando una imagen similar pero no idéntica a la fracción que se reproduce. En esta obra, cada segmento narrativo va yuxtapuesto con otra parte que a su vez transcribe en cierta medida las acciones que ocurren en otros fragmentos de la obra. En este trabajo, se propone una aproximación a la mencionada novela de Urroz en base al concepto de la fractalidad. Para efectuar esto, primero defino la idea de la fractalidad y explico muy brevemente cómo se ha implementado a manera de herramienta de estudio dentro de las humanidades. Después-tomando las ideas básicas de Mandelbrot como base-, me enfoco en Las Remoras resaltando aquellos elementos y técnicas narrativas mediante las cuales Urroz, de manera deliberada, articula dimensiones fractales en su obra a través de la implementáción de componentes básicos que fungen como directrices epistemológicas en el desarrollo de la narración.
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