Las agresiones que se cometen contra el medio ambiente son uno de los principales factores que amenazan el estado de conservación de la naturaleza. Este tipo decriminalidad no tiene testigos en la mayoría de los casos, y se produce en la soledad del medio natural. Tampoco deja mucho rastro y hay poca información, impidiendo el establecimiento de un mapa real sobre su impacto y sus autores. Por ello, en medio de ese silencio, el papel de los Guardianes de la Naturaleza resulta esencial.
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