Los medios de comunicación de masas no hablan nunca de él, y en la comunidad eclesial existen muchos equívocos. Y, sin embargo, el Camino neocatecumenal es una realidad creciente en la Iglesia. Seguidores difundidos por más de cien naciones, miles de sacerdotes, parroquias y varios seminarios en todo el mundo han decidido hacer suyo el Camino. El catecumenado es una fórmula antigua, pero que propuesta hoy ha asumido un sabor de novedad extrema; tanto es así que suscita perplejidades que a veces desembocan en auténticas hostilidades, que por su parte constrastan con el público aliento que a las comunidades neocatecumenales ha dado Juan Pablo II. Actualmente, Kiko Argüello y los demás responsables del Camino están ocupados en la redacción de un estatuto, en vistas de la definitiva configuración e institución eclesial.
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