Jorge Eduardo Duque Parra, John Jairo Barco Ríos, Natalia Dávila-Alzate
Introducción: A lo largo del tiempo, en las ciencias médicas se han usado epónimos para designar estructuras anatómicas aunque no proporcionan ninguna información descriptiva ni funcional, lo que equivale a un desatino en la lógica del pensamiento actual. Se usan incluso dobles y triples epónimos para nombrar una misma estructura, lo que crea una confusión que hace pensar que su descubrimiento o descripción fue realizada por varios personajes al mismo tiempo. Pese a que los epónimos fueron abolidos de la Terminología anatómica desde hace más de ocho décadas y generan problemas en la comunicación y en el proceso de enseñanza-aprendizaje, los profesionales de las ciencias médicas los siguen empleando.
Objetivo: Analizar, mediante algunos ejemplos, la asignación arbitraria de epónimos en el campo morfológico que han llevado a errores históricos y los han perpetuado.
Conclusión: La adjudicación de un epónimo para una estructura anatómica puede no reflejar la verdad sobre quién la descubrió y obedecer a factores arbitrarios que causan errores históricos e injusticias; además, su uso entorpece la comunicación entre los profesionales de la salud y dificulta el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Introduction: Throughout history, eponyms have been used in medical sciences to designate anatomical structures although they do not provide any descriptive or functional information, which is equivalent to a mistake in the light of current thinking. Double and triple eponyms have been used to name the same structure, thus creating confusion that leads to believe that a discovery or description was made by several persons at the same time. Although eponyms have been abolished from anatomical terminology for over eight decades and still generate problems in communication and in the teachinglearning process, medical sciences professionals continue to use them.
Objective: To analyze some examples of arbitrary assignment of eponyms in morphology that have led to historical errors and perpetuated them.
Conclusion: Granting an eponym to an anatomical structure may not reflect the truth about the person who discovered it and may obey to arbitrary factors that induce possible historical errors and injustice. In addition, using them hinders communication between health professionals, as well as the teaching-learning process.
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