Los fabricantes parecen haber encontrado el impulso que necesitaban para hacer que su marca se distinga del resto. Como si de una carrera por encontrar la piedra filosofal se tratase, las ayudas a la conducción ADAS copan las innovaciones tecnológicas del sector; la publicidad y, con ella, el anhelo de los consumidores de tener un vehículo capaz de hacer determinadas funciones por sí mismo como, por ejemplo, aparcar, mantener la trayectoria o frenar de manera autónoma. La legislación al respecto ya está en marcha
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