Para establecer la unidad del Quijote es crucial relacionar a los personajes con los lugares y los espacios que ocupan. Tal ejercicio guía al protagonista y a los personajes secundarios de modo literal y abstracto a través de sus entornos para hacerlos completos y para explicar sus motivaciones. Cervantes propone caracterizar su novela tanto una historia castellana como universal. Los nombres de ciudades y lugares más pequeños tienden a ofrecer los límites de la vida en una España central desértica del siglo dieciséis. Por otro lado, el descubrimiento de lugares inusitados, el miedo a caminar en territorio desconocido y la experiencia de ver nuevas formas de vida en estos espacios agregan dimensiones a la trama de cervantina y enriquecen profundamente la comprensión del lector sobre el núcleo de la novela. El movimiento volátil desde el área al sur de Toledo colorea cada evento de una manera diferente. Esta técnica implica que la vida puede ser impredecible, incluso sorprendente, y demuestra que el viaje es tan interminable como el autor pueda dictar.
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