Málaga, España
A principios del siglo XX, en plena toma de conciencia del regeneracionismo, el interés por Miguel de Cervantes y su obra capital se renovó hasta el punto de considerarse, incluso desde las instituciones, como un símbolo nacional de la identidad española. Este proceso de identificación tuvo su reflejo en la producción cerçamica, ya que los temas cervantinos y, en especial, las imágenes basadas en el Quiijote se convirtieron en habituales en los centros productores más importantes como Sevilla. El contexto histórico, con el desarrollo del movimiento hispanoamericanista, propició que los azulejos y mosaicos quijotescos se extendieran por toda España y por casi todo el continente americano.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados