En este artículo se analiza la tortura judicial como un medio probatorio y cognoscitivo del delito y como un mecanismo para purgar los indicios de culpabilidad. Para ello se inciden en los siguientes aspectos: 1) el paso del sistema probatorio irracional de las ordalías al racional de la tortura, propio de ius commune, 2) las circunstancias que deben concurrir para que un tribunal recurra al tormento, 3) las formas y el procedimiento de administración del apremio, y 4) los menoscabos físicos que podían derivarse, para los acusados, de la aplicación de un tormento excesivo.
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