Es en el hogar donde se definen roles y comportamientos, se establecen los criterios de autoridad. A la vez, es en el hogar donde van convergiendo las diversas tecnologías de información y comunicación, lo que establece una serie de problemas en la relación paterno-filial, toda vez que parece que son los hijos menores los que controlan mejor a las TIC, razón por la cual los padres pierden auctoritas. A pesar de ello, el aparente control en materia de competencias digitales no escapa de los asuntos sociales que se derivan en problemas vinculados a las redes sociales como el acoso (bulling), enmascaramiento (grooming), exhibicionismo (sexting) y el abuso informático. En ese sentido tanto los medios de comunicación como las mediaciones que se producen en el hogar a través de los teléfonos inteligentes, tabletas, ordenadores y televisores inteligentes hace que los menores en el hogar tengan acceso a una pléyade de información que no indispensablemente está adecuada a su etapa de desarrollo, razón de más para que el control parental sea perentorio. Ante esta realidad se planteó como método para el desarrollo de criterios de recolección de datos un grupo de expertos que arrojó una serie de datos que se expondrán en esta disertación. Las principales conclusiones están en las definiciones de términos para la elaboración de un cuestionario para ampliar la investigación.
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