Guatemala
En el mundo se libran varias guerras en contra del terror. Los grupos criminales se valen de todo tipo de estrategias para lograr sus objetivos. Una de ellas es acumular poder a partir del terror que puedan causar en las personas. Paradójicamente, los medios de comunicación resultan ser sus mejores instrumentos, pues algunas veces se convierten en los vehículos ad hoc de sus acciones, trasladadas a los grandes públicos de manera espectacular, profusa, detallada. En el momento que se escribe este resumen, la tendencia de los grupos terroristas africanos y asiáticos es presentar videos de decapitaciones en vivo de sus rehenes. Los medios hacen eco de sus actos de manera casi inevitable, pues su naturaleza es informar, y más que ello, vender la información. Aquella que resulte más espectacular, inverosímil, extrema y violenta, satisfará la demanda del público. Ante ello surge el dilema ético del periodista: ¿Publicar o no aquella información que contribuye a los objetivos terroristas? ¿Volverse parte de los mecanismos que promueven el terror? ¿Alentar a los terroristas a multiplicar sus actos, beneficiándolos con la difusión global y en detalle de la tragedia de sus víctimas? Para dar respuesta a estas interrogantes, se tomarán en cuenta las publicaciones de hechos que puedan ser catalogados como terroristas. Se discutirá la naturaleza de las decisiones editoriales, no tanto del “qué”, sino del “cómo” de una noticia, puesto que esto último es lo que justifica la ética y la filosofía del medio. El estudio abordará las noticias internacionales referentes a los últimos acontecimientos (2014-2015) que tienen que ver con los videos de los grupos yihadistas asiáticos y africanos, así como también de los atentados de Francia y Dinamarca. Igualmente, represalias de grupos de narcotraficantes guatemaltecos, y las notas publicadas sobre descuartizamientos y otros crímenes de los grupos delincuenciales llamados “maras” (2011-2015).
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