D. Burgos Santamaría, R. Sánchez Aldehuelo, Alexandre Figueroa Tubío, B. Mateos
La enfermedad por hígado graso no alcohólico (EHGNA) es la hepatopatía crónica más frecuente, afec-tando aproximadamente a la cuarta parte de la población mundial. Se asocia al síndrome metabólico y sus ejes patogénicos son la obesidad y la resistencia a la insulina. Engloba dos entidades: la esteatosis simple (hígado graso no alcohólico -HGNA-) y la esteatohepatitis no alcohólica (EHNA), esta última con capacidad de progresión a cirrosis, desarrollo de hepatocarcinoma (CHC) y necesidad de trasplante he-pático. Solo una minoría de los pacientes fallecerán por causa hepática; la mayoría verá condicionado su pronóstico por eventos cardiovasculares y neoplasias extrahepáticas. Dada la elevada prevalencia de la enfermedad, identificar a los pacientes con riesgo de desarrollar una enfermedad hepática avanzada es un paso crítico. El grado de fibrosis es el principal factor pronóstico y el diagnóstico de confirmación se realiza mediante biopsia hepática. El tratamiento consiste en perder peso, idealmente mediante cambios en el estilo de vida a expensas de una dieta hipocalórica y ejercicio. Si este abordaje fracasa, la cirugía bariátrica es una alternativa. Aún no hay fármacos aprobados específicamente para tratar la enferme-dad. El CHC en fases precirróticas es más frecuente que en otras etiologías de hepatopatía y su cribado mediante ecografía en esta fase es un aspecto controvertido.
Non-alcoholic fatty liver disease (NAFLD) is the most common chronic liver disease, affecting approximately one quarter of the world’s population. It is associated to metabolic syndrome, being obesity and insulin resistance its pathogenic axes. Two liver entities are encompassed: non-alcoholic fatty liver (NAFL) and non-alcoholic steatohepatitis (NASH). The latter may progress to cirrhosis, develop hepatocellular carcinoma (HCC) and require liver transplantation. However, a minority of patients will die due to liver disease; in most cases prognostic will depend on cardiovascular events and extrahepatic malignancies. Identifying these patients who are at risk of developing an advanced liver disease is critical. Liver fibrosis is the main prognostic factor, and liver biopsy is still considered the gold standard for the diagnosis and staging of the disease. NAFLD treatment is weight loss, ideally achieved through lifestyle modifications that include dietary caloric restriction and physical exercise. When this approach fails, bariatric surgery is an option. There are no drugs specifically approved to treat the disease. CHC in precirrotic stages is more common in NASH than in other chronic liver diseases, but its screening with abdominal ultrasound remains controversial
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