Carlos María López Fé y Figueroa
La celebración de la Cuaresma, Semana Santa y Pascua nos traen al primer plano de la conciencia la imagen de Jesucristo y su acción redentora. Para renovar nuestra actitud de conversión nada mejor que centrar la atención en la figura de Jesús, el Nazareno crucificado y el Cristo resucitado. ¿Cómo nos afecta el dolor de Jesús para inducirnos a conversión? Uno de los mejores medios es contemplar imágenes que nos muestren el sufrimiento de Jesús, así seguiremos la exhortación de la Madre Teresa de Jesús: mirar a Jesús sufriente, contemplarlo en silencio recogido. Por nuestra parte vamos a acudir a uno de los más excelsos artistas de toda la historia, El Greco, pintor como casi nadie de la figura de Cristo, y con preferencia en su Pasión.
Pero su obra es tan extensa que no podemos atender a toda.
Vamos a reducir nuestra contemplación a cuatro imágenes: La Oración del Huerto, Jesús abrazando la cruz, La Santa Faz y El Expolio
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados