En la casa de los espías, el Cesid, el personal está temeroso de que su director, Javier Calderón, les ponga de patitas en la calle, les mande a la reserva o les rebaje de nivel. Las causas de este miedo son: la reforma emprendida en el centro, los 30 despidos realizados y la promesa de que habrá más.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados