Al tratar en artículos anteriores sobre la analogía del ser, dejamos de lado, por razones metodológicas, la consideración de un problema que, dada su importancia, ahora nos proponemos abordar. ¿Toda analogía supone necesariamente un analogado principal? La respuesta a tal cuestión no es indiferente ya que, según sea afirmativa o negativa, debemos, para ser lógicos, sostener una u otra concepción acerca de la analogía del ser. Porque varios puntos contravertidos referentes a la analogía, dependen precisamente de la respuesta que se dé al problema que nos ocupa. Un ejemplo: si en toda analogía se da el analogado principal, varios de los argumentos utilizados para demostrar que la analogía de atribución puede ser intrínseca, pierden, al menos en parte, su fuerza probativa.
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