México
Como una primera aproximación a las concepciones de la muerte de las antiguas poblaciones indígenas de Baja California, el presente estudio parte del análisis de las fuentes coloniales para establecer los papeles que los difuntos hubieron de tener en su cosmovisión.
El análisis de los mitos de origen muestra que, en términos generales, los californios no reconocían una ruptura tajante entre el plano terrenal y los lugares de los muertos y los dioses, sino que, por el contrario, consideraban la existencia de una cierta unidad entre las diferentes formas de vida y las maneras de conducirse en el mundo. El destino post mortem de los individuos parece haber estado condicionado por su grado de apego a la ética local y por las circunstancias del fallecimiento; de modo que, mientras unos terminaban por volver a la vida, otros alcanzaban un estatus semejante al de las deidades. El proceso de muerte, en los difuntos más meritorios, era imaginado como un desdoblamiento de la persona que hacía posible su traslado a un sitio de abundancia ubicado en el cielo-norte y su permanencia en la tierra como reliquia. Los datos sugieren que los recursos vegetales y animales suponían provenir de los lugares de las deidades y los fallecidos. Gracias al carácter dual de los muertos, los vivos podían actuar sobre su parte terrestre-material para tratar de incidir sobre su aspecto etéreo-celeste.
Th is is a fi rst approach to the concept of death among the ancient indigenous populations of Lower California, this research is based on the analysis of Colonial sources to set the roles that deceased people had in their world view. Th e analysis of the origin myths shows that, in general, the Californian did not recognize a defi ned gap between the human world and the place of Gods and dead; but, conversely, they used to consider the existence of certain unity between the diff erent forms of life and behavior in the world. Th e post mortem destiny of individuals seems conditioned by its attachment to the local ethics, as well as for the circumstances of decease; then, while some people came back to life, others reached a status similar to Deities. Th e process of death, in the most meritorious way, was imagined as an unfolding of the human being that used to allow the return to a place of abundance located in North-sky, as well as its permanence in Earth as a relic. Documents suggest that vegetables and animal resources were supposed to come from the place of Gods and dead; and, because of the dual character of deceased, alive people could interact with its material-earthly part to try to infl uence its ethereal-sky aspect.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados