Zaragoza, España
En la literatura geológica se han definido diversos tipos de unidades de relleno de cuencas, genéticamente ligadas a procesos alocíclicos. Se demuestra, no obstante, que cualquiera que sea el proceso alocíclico que las origina, estas unidades están limitadas por rupturas sedimentarias, en el sentido de González et al. (1988).
Las rupturas sedimentarias se originan siempre en los momentos de máximos y mínimos en la velocidad del proceso alocíclico que regula el relleno de una cuenca.
El concepto de ruptura es independiente de la continuidad o discontinuidad estratigráficas y se define como una superficie, reconocible a escala de cuenca, según la cual un conjunto sedimentario experimenta un salto brusco o un cambio de signo en la evolución secuencial, siendo esta evolución a la escala propia de las secuencias de orden superior o ritmos de Delfaud (1972).
El análisis de las secuencias de tipo I y II de Vail (1987) muestra la similitud de estas, en cuanto a su evolución secuencial, con las UTS fundamentales cíclicas de González et al. (1988); de análoga forma se demuestra que las secuencias estratigráficas genéticas de Galloway (1989a) presentan una evolución similar a la del registro sedimentario de un periodo diastrófico, entendiendo como tal el lapso de tiempo transcurrido entre dos mínimos relativos consecutivos de la velocidad de diastrofismo, (fig. 9).
Para cuencas continentales, en que la tectónica es la causa alocíclica fundamental, González et al. (1988) definen diversos tipos de rupturas. Estos tipos y, en general, las relaciones geométricas de los estratos en los márgenes activos de las cuencas permiten una aproximación al marco tectónico (compresivo o distensivo) en que tiene lugar el depósito de las sucesivas unidades.
La correlación basada en rupturas sedimentarias parte de la hipótesis de la simultaneidad de actuación de los mecanismos causantes de las mismas en un área determinada, en la cual imprimen a los sedimentos correlativos unas características geométricas y una evolución vertical y horizontal similares, y por lo tanto susceptibles de utilizarse como criterios de correlación.
La aplicación de esta metodología a los materiales del terciario continental del margen meridional de la cuenca del Ebro y cubetas ibéricas (fig. 10), ha permitido confirmar, para dicha área, la validez cronoestratigráfica de la correlación mediante rupturas sedimentarias y las correspondientes UTS que estas limitan.
In the geologic literature several types of filling basin units, genetically related to the allocyclic events, have been defined. Nevertheless, it is proved in this paper that whatever the allocyclic process that produces them is, those units are limited by sedimentary breaks, in the sense of González et al. (1988).
Sedymentary breaks are always produced at maximum and minimum velocity times of the allocyclic process that controls the basin filling.
The concept of break is independent of the stratigraphic continuity or discontinuity, and it is defined as a surface recognizable on the whole basin, in which a sedimentary set shows a sudden jump or a sign change in its sequential evolution, being the scale of this evolution the same as the upper order sequences or rhythms of Delfaud (1972).
The analysis of the type 1 and type II sequences of Vail (1987), shows the similarity between these and the cyclic fundamental T.S.U. of González et al. (1988), according to their sequential evolution. Furthermore, it is proved that the genetic stratigraphic sequences of Galloway (1989a) have the same evolution as the sedimentary record of one diastrophic period, understanding that as the interval of time between two relative consecutive minima of the deformation rhythm (fig. 9).
For continental basins, where tectonic is the fundamental allocyclic cause, González et al. (1988) defined several types of sedimentary breaks. These types and, in general, the geometric relations of the beds at the active basin edges allow one to know about the tectonic context (compression or distension) where the deposition of the successive units takes place.
Correlation based on sedimentary breaks starts from the hypothesis of the simultaneity of the allocyclic mechanisms which cause the breaks in a particular area; in this area, these mechanisms give a geometric characteristics and a similar vertical and horizontal evolution to the correlative sediments and, as a result of this, such geometries and evolutions are susceptible of being used as a correlation criterion.
The application of this methodology to the Tertiary continental materials of the Iberian Basins and South edge of the Ebro Basin (fig. JO) has permitted to confirm the chronostratigraphic validity of the correlation via sedimentary breaks and TSU limited by those.
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