Enfoque de género en los proyectos individualizados de inserción asociados a la renta garantizada de ciudadanía de Castilla y León

• Elena Martínez González ^[1]
  1. [1] Junta de Castilla y León

     Junta de Castilla y León

     Valladolid, España

     
• Localización: Comunidades sostenibles: dilemas y retos desde el trabajo social / coord. por Ana I. Lima Fernández, Enrique Pastor Seller, Carmen Verde Diego, 2017, ISBN 978-84-9177-336-8, págs. 366-372
• Idioma: español
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• Resumen

  • La renta garantizada de ciudadanía de Castilla y León es el salario social con consideración de prestación esencial y derecho de los ciudadanos de la comunidad según el artículo 13.9 del estatuto de autonomía. La renta garantizada de ciudadanía se configura como renta familiar dirigida a los ciudadanos de Castilla y León en situación de exclusión social o vulnerabilidad o riesgo de parecerla. El reconocimiento está condicionado al cumplimiento de los requisitos exigidos y la suscripción de un proyecto de inserción. Estos proyectos pueden tener carácter genérico, para cumplimiento de todos los perceptores y carácter individualizado para aquellos perceptores clasificados como estructurales, que se establecen y se realiza el seguimiento desde el Centro de Acción Social de referencia. El trabajador social de base dentro de sus funciones tiene la de ser el coordinador de la intervención social de los perceptores de renta garantizada de ciudadanía estructurales, diseña el proyecto de inserción familiar y realiza el seguimiento. En todas estas funciones el enfoque de género debe ser vital para conseguir una sociedad más igualitaria. Realizado un estudio cuantitativo y cualitativo de la realidad se observa una disonancia entre la intencionalidad de los proyectos de inserción y su ejecución. El ejemplo más representativo es la presencia mayoritaria de hombres en los Planes de Empleo asociados a la Renta. Con un proyecto de inserción basado en el enfoque de género conseguiremos una inclusión más efectiva de la mujer, el empoderamiento y la autonomía de esta. Además de prevenir y/o tratar la feminización de la pobreza y la vulnerabilidad de las mujeres a padecer problemas de inclusión social. La intervención desde una perspectiva de género genera unas consecuencias positivas en el entorno social y en los menores a cargo, consiguiendo cambios reales a varias escalas (familiar, social…) y una integración social adecuada mantenida en el tiempo e intergeneracional.