Los sistemas inteligentes permiten la gestión eficiente del Big Data, reducir tiempos, aumentar la precisión de nuestros mensajes y, sobre todo, llevar la personalización a límites nunca vistos. L’Oréal, Netflix, Amazon o Lil Miquela son solo algunos ejemplos de empresas que aplican con eficacia la inteligencia artificial y cuya experiencia merece la pena conocer. La autora las analiza junto a una realidad: la IA no reemplaza, ni debe reemplazar, la labor del ser humano. “Debe acompañar y complementar, pero nunca sustituir”, defiende.
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