La conjuntivitis neonatal es una afección infectocontagiosa mucopurulenta de la conjuntiva, habitualmente papilar e hiperaguda, la cual tiene comienzo en el transcurso del primer mes de vida. Neisseria Gonorrhoeae causa significativamente oftalmia en el neonato llegando a causar complicaciones múltiples en el recién nacido, entre las que se encuentran panoftalmitis, perforación corneal y ceguera. En la actualidad, la incidencia de Oftalmía neonatal por gonococo es muy baja en países desarrollados, esto gracias al tamizaje de infecciones de transmisión sexual durante el estado de gravidez, y su tratamiento pertinente. Todo recién nacido con oftalmía neonatal por gonococo debe ser internado y examinado con el objetivo de descartar infección gonocócica sistémica (artritis, sepsis, meningitis, neumonía). La terapéutica consiste en dosis única de ceftriaxona 25-50 mg/kg (dosis máxima 125 mg) por vía intramuscular o intravenosa. Para la resolución de la inflamación en las conjuntivas se usa solución salina, en lavados oculares. La mejor manera de prevención es el diagnóstico y tratamiento de las madres para evitar la infección vertical. Por esta razón en los países en donde hay establecidos programas de controles de embarazo y una tasa de infección materna baja se cuestiona el proceder rutinario de prevención. Por lo contrario, en los países en donde si es necesario el uso de ungüento o colirio oftálmico en cada ojo, ya sea eritromicina al 5% o tetraciclina al 1%.
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