El cultivo de caña de azúcar forma parte de una tradición agrícola establecida en la época colonial. Es ese tiempo la hacienda se encargaba de organizar su producción. Esto ha ido cambiando. Con el movimiento revolucionario se resquebrajó la estructura hacendaria y surgieron nuevos actores en el campo, llamados ejidatarios. Al mismo tiempo se establecieron decretos encaminados a proteger los complejos industriales para que los ejidatarios aledaños al ingenio continuaran con su producción. Ante este panorama es importante analizar la forma en la que los productores se han ido articulando y las relaciones de poder que se generan en este proceso mediante la intervención de las asociaciones locales de productores.
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