El episcopado español ha aprovechado la boda civil del vicepresidente primero del Gobierno para dejar sentadas dos cuestiones: una, demostrar su independencia con respecto a un partido de inspiración cristiana, que gobierna la nación, y con el que se coincide ideológica y doctrinalmente en muchos aspectos concretos. La segunda cuestión es la de dejar expresada con claridad la postura de la iglesia en torno al divorcio y a las leyes civiles que chocan con el magisterio secular de la iglesia católica, apostólica y romana. En cualquier caso, nadie podía imaginar que el enlace de Francisco Álvarez Cascos con la cordobesa Gema Ruíz Cuadrado iba a levantar tanto revuelo.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados