"¿Testimonia alguien por el testigo homosexual de los campos de la muerte? Ésta sería una de las cuestiones que quedaría por aclarar, entre tanta -pero tan poca- acumulación de escritos sobre ello (pues se ha escrito mucho más de lo que se cree sobre la homosexualidad en los campos). La interrogación perturba: si hay crimen, hay testigo y, por tanto, parece que debería haber testimonio seguro e inapelable, el del mismo testigo -acaso con su mero existir. Y, sin embargo, no está tan claro que ese encadenamiento se haya producido realmente: no acaba de constatarse la producción de ese testimonio.
Entonces de lo que se trata es de que se produzca ahora: el crimen masivo se produjo en el pasado, el testigo pudo manifestarse en su momento, pero hablamos de testimonio en presente, en el supuesto de que nos atañe ahora, a nosotros. El testimonio, ese más allá del dato histórico puro e irrefutable (atestiguado). El testimonio hablaría del significado de lo que fue Auschwitz (nada menos). El testimonio, así, sería el paso del testigo. Del testigo deportado.
* Las conocidas palabras de Paul Celan, "Nadie testimonia por el testigo", atraviesan completamente la cuestión de Auschwitz. Es algo distinto a la "historia", presupone a ésa a la vez que deriva de ella -y de una manera que habría que precisar con mucho cuidado, la replantea, incluso la cuestiona. De entrada, incide en una separación, acaso un camino a seguir, entre el testigo y su testimonio. Señalar, intentar recorrer ese árido camino, acaso sea el esfuerzo más propio de la poesía de Celan, algo muy perceptible en el libro Giro del aliento (que contiene el "Nadie testimonia...")."
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados