El presente artículo se propone dimensionar el papel del etanol en la crisis de alimentos, partiendo del hecho de que se trata de un problema complejo, multicausal y del que sólo se pueden advertir tendencias. En la primera sección se estudia el caso de Estados Unidos como primer productor de maíz a nivel mundial y su proyecto de industrialización del etanol como fuente de energía sustituto. En la segunda sección, se ponderan las consecuencias que la crisis alimentaria ha tenido en el equilibrio macroeconómico de México, principalmente en el nivel de precios; y en la tercera, se analizan las contradicciones derivadas de la puesta en marcha de programas que el gobierno mexicano ha diseñado para amortiguar el impacto de la crisis alimentaria. En las conclusiones, se pondera el alcance de la crisis a nivel mundial y se señalan los puntos débiles de los programas que el gobierno en turno ha implementado para enfrentarla.
The present article intends to shed lights to roll of ethanol in the global food crisis. It is assumed that the crisis itself is a complex problem, attributable to more than one factor. Thus, we are only in the position to point out trends. In the first section we analyze the case of the United States of America as corn producer champion worldwide and its plans to industrialize ethanol in order to diminish the consumption of fossil fuels. The second section points out the main side effects of the global food crisis in the Mexican macroeconomic equilibrium, especially in the price level. The third section discusses the bottlenecks derived from the programs implemented by the Mexican government and designed to counterbalance the food crisis. Finally, we summarize the main characteristics of the food crisis emphasizing in its possible solutions. At the same time, we outline the lack of consistency in the ongoing public programs tailored to control inflation.
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