A partir de 1933, abandonada la política activa, Ortega dedicó su atención, entre otros temas, a la filosofía social; particularmente a desentrañar el «hecho social», que creyó radicaba en los «usos», quizá bajo la inspiración de Jhering. Cómo llegó a él, fallecido en 1892, qué lectura hizo de su obra, cómo modificó sus planteamientos y cómo su propuesta fue recibida por la coetánea filosofía española del derecho, son las cuestiones estudiadas en este trabajo.
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